Hugo (2011)
Dir: Martin Scorsese
Más que un
gran cineasta, Martin Scorsese es un amante y conocedor del cine, el hombre
sabe todo lo que hay que saber acerca de películas; tan solo oyéndolo hablar de
cine se puede ver lo grande que su pasión, así que es natural que lo veamos hacer
una película sobre uno de los creadores más innovadores de los primeros días
del cine, después de todo, no hay nadie más calificado que él para hacerlo y
con Hugo ha combinado a la perfección
su dominio de esta forma de arte con su amor y conocimiento de la historia del
cine.
Asociamos a
Scorsese con películas sobre religión y violencia protagonizadas por mafiosos y
psicópatas por lo general interpretados por Robert DeNiro y Leonardo DiCaprio.
Pero la verdad es que él es un director increíblemente versátil que ha transcendido
perfectamente a través de una variedad de géneros. Hugo podría ser considerada una película infantil, casi descartable
por los que esperan algo como The Departed o Goodfellas, pero esta puede
ser fácil y realmente disfrutada por toda la familia.
Hugo
aprendió todo lo que necesita saber acerca de relojes y maquinaria de su padre,
quien murió en un incendio, y de su tío borracho que lo lleva con él a la
estación de trenes después de la muerte de su padre para que sea su aprendiz y ha
estado desaparecido durante meses. En lugar de ser llevado a un orfanato,
decide evitar a los guardias y vivir en lo profundos interiores de la estación
arreglando los relojes de la misma y robando comida y piezas de maquinaria para
reparar un autómata en el cual él y su padre trabajaban antes de su muerte.
Su vida es
complicada por el Inspector de la estación, un hombre de corazón frío pero tonto que
persigue a los jóvenes ladrones y los envía al orfanato. También conoce a un
extraño anciano que trabaja en una tienda de juguetes en la estación y se hace
amigo de su ahijada Isabelle. Él e Isabelle descubren que el viejo está conectado
con el autómata de alguna manera y a través de su investigación son capaces de
descubrir que este viejo es en realidad George Méliès, uno de los creadores más
innovadores de los primeros días de cine que ha renunciado a hacer películas y esconde
de su pasado de todo el mundo.
Esta es una
película con colores vivos y brillantes, inocencia infantil y un hermoso
sentido de descubrimiento y sin embargo, tiene esos toques clásicos que la convierten indudablemente en una película de Scorsese como personajes reprimidos que anhelan
redención. Su uso de clips de películas antiguas y recreaciones de los momentos
importantes de la historia del cine son maravillosos y casi educativos, sin
embargo nunca deja de ser entretenida.
La historia
se divide básicamente en dos partes: las aventuras de Hugo e Isabelle y la
historia de George. Estas se complementan muy bien la una a la otra y el tono
se mantiene constante entre ambas lo que hace que la transición entre una y otra
apenas se sienta. Es una película que se ve fantástica, no importa en qué
personaje la historia se esté centrando.
Asa
Butterfield y Chloe Moretz hacen un gran trabajo como protagonistas, muy rara
vez se ve a niños actores que son tan eficientes en sus actuaciones. Ben
Kingsley se ha visto últimamente en varias películas terribles, pero aquí está
de nuevo en forma interpretando a Mélièr en diferentes períodos de su vida y
haciendo un trabajo fantástico en ello. Sacha Baron-Cohen interpreta al
inspector, que proporciona gran parte de la comedia física y es algo tonto,
pero nunca se convierte en una caricatura y por medio de su relación con los
otros personajes se llega a ver su lado más humano y amable. El resto del
elenco es igualmente memorable y hay varias caras conocidas, incluyendo un
cameo del mismísimo Scorsese.
Esta
película sobre amor al cine fue hecha con el mismo cuidado y amor que predica.
Tiene un innegable encanto que atrae a jóvenes y adultos y se levanta hombro a
hombro con los mejores trabajos del director.
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